Para Xavier Blum, en el arte guayaquileño están pasando muchas cosas. “La multa a los artistas callejeros. La censura en el Salón de Julio. La represión y la necesidad de generar nuevos espacios. Eso está pasando en la urbe”, señala el artista.
La muestra ‘Arte erótico espiritual contemporáneo’ es una muestra/reacción a esta situación. Comenzó con un grupo en el Facebook, que llegó a tener 1 136 personas; sorteando insultos, el grupo se afianzó.
Blum hizo la convocatoria a artistas jóvenes y de ahí quedaron los 18 trabajos (igual número de autores) que reúne la exhibición. Instalaciones, esculturas, dibujos, fotografía, son algunos de los formatos que se usaron.
“Como artistas se deben hacer preguntas, no solo contemplar sino cuestionar las estructuras verticales que creen y han creído que se puede mandar sin escuchar, sin diálogo”, acota Blum.
Una de las propuestas de la exposición es la serie de cuatro esculturas de Guido Ochoa, ‘Misterio gozoso’, une figuras de la cultura manteña-huancavilca y las coloca en posiciones eróticas.
Otra es la instalación de Patricia Rodríguez, ‘Acaríciatela’, donde el público debe atravesar una seda lila, rodeada de cascabeles, simulando una vagina. Las edades de los participantes van desde los 23 hasta los 65 años.
Esta exposición se presentó en ‘Espacio vacío’, el pasado 11 de agosto. Ahora está abierta en el Instituto de Patrimonio, en Las Peñas. Ellos dieron la apertura para que entrara en el proyecto de rescate de San Biritute.
“El occidente se partió y dejó de lado lo sublime de la sexualidad, que es parte del humano”, concluye Blum.
1 COMENTARIO