TOMADO DE DIARIO HOY
Ministerio en picada
Publicado el 14/Agosto/2011 | 00:06
Devolver los recursos no fue ahorro para el Estado ni buena administración de los recursos. Eso fue ineptitud ministerial
Por: Omar Ospina García
oospina@hoy.com.ec
Buenas intenciones hubo al crear el Ministerio de Cultura, aunque fuera con parte de la antigua burocracia, no toda eficiente, del Ministerio de Educación del que se desprendió. Pero el impulso inicial duró dos ministros. De ahí en adelante, ni el titular ni sus asistentes supieron de qué se trataba. Ni ellos entendían el abstruso mensaje que articularon, si se puede llamar así a un discurso que ni Cantinflas ni el inefable Bonafont podrían igualar. Y hasta acusaron al anterior -la vieja costumbre de descalificar lo pasado para re-inaugurar el país- de haber apoyado lo que apoyó, "a dedo". Lo cual, además de irrespeto con el antecesor, fue una calumnia que debió probarse para sentar un precedente. Pero era solo eso: descalificación gratuita y poco generosa.
Cuando esa verborrea intelectualoide feneció, se entronizó el aspaviento de los ejes programáticos transversales y el folclorismo a ultranza que quiere "re-evolucionar" la cultura nacional, indigenizarla, puesto que el viejo "blanqueamiento" se percibe discriminatorio. Y lo es, tanto como lo otro. Pero el país ha devenido blanco-mestizo en 90%, lo cual no significa exclusión, sino realismo y respeto para las minorías. Con justicia y equidad. Sin remordimientos extemporáneos y bastante hipócritas ni alimentando resentimientos desfasados y oportunistas, que a nada conducen.
En su informe de labores (¡!) y en numerosas entrevistas, la ministra ha informado de realizaciones visibles solo para sus ojos. Lo que sí ocurrió en 2010 fue que se postergaron obligaciones contraídas y legítimas y se congelaron auspicios concedidos a gestores culturales que realizaron -y realizan- lo que se auspició, con el pretexto irrespetuoso de "investigar" la legalidad de tales auspicios. Si había alguna presunción de ilegalidad, ha debido denunciarse y hacerse pública con valentía y honestidad y no perjudicar a quienes hacen -hacemos- gestión cultural sin aspavientos y con sacrificio personal.
En el informe ministerial no se dijo una sola palabra sobre el absurdo de que el Ministerio de Cultura habría devuelto, a comienzos de este año, al Ministerio de Finanzas una suma correspondiente a la asignación de 2010 por no haberse ejecutado. Es decir, por no haberse utilizado esos recursos en lo pertinente: apoyar la gestión y el trabajo cultural. Eso no fue ahorro para el Estado ni buena administración de los recursos. Eso fue ineptitud ministerial, ineficiencia administrativa, mediocridad conceptual.
El Ministerio de Cultura no es el de folclor ni el de bienestar de los pueblos ni el de inclusión social, sobre todo si esa inclusión es excluyente. La Cultura de nuestro presente y de nuestro futuro no es el del Tahuantinsuyo, por ancestral y respetable que haya sido. Es la Cultura Occidental que piensa, habla, razona, vive y lee en español. Y en inglés. Y que también es ancestral, con miles de años de diferencia. La vida no empezó en los Andes, sino en el África, y nos llegó millones de años más tarde, con escala en el Asia y en la vieja Europa. El camino hacia el mañana no es, entonces, un chaquiñán hacia el Cuzco a lomo de llama, sino la ruta del Universo a bordo de la tecnología, la ciencia y el pensamiento modernos. Dejémonos ya de demagogia indigenista.
Coletilla: Es señal de buen criterio gobernar con los mejores, con los más eficientes y experimentados. No siempre es bueno gobernar con los amigos, por queridos y simpáticos que sean. Ni con las esposas de los amigos.
Por: Omar Ospina García
oospina@hoy.com.ec
Buenas intenciones hubo al crear el Ministerio de Cultura, aunque fuera con parte de la antigua burocracia, no toda eficiente, del Ministerio de Educación del que se desprendió. Pero el impulso inicial duró dos ministros. De ahí en adelante, ni el titular ni sus asistentes supieron de qué se trataba. Ni ellos entendían el abstruso mensaje que articularon, si se puede llamar así a un discurso que ni Cantinflas ni el inefable Bonafont podrían igualar. Y hasta acusaron al anterior -la vieja costumbre de descalificar lo pasado para re-inaugurar el país- de haber apoyado lo que apoyó, "a dedo". Lo cual, además de irrespeto con el antecesor, fue una calumnia que debió probarse para sentar un precedente. Pero era solo eso: descalificación gratuita y poco generosa.
Cuando esa verborrea intelectualoide feneció, se entronizó el aspaviento de los ejes programáticos transversales y el folclorismo a ultranza que quiere "re-evolucionar" la cultura nacional, indigenizarla, puesto que el viejo "blanqueamiento" se percibe discriminatorio. Y lo es, tanto como lo otro. Pero el país ha devenido blanco-mestizo en 90%, lo cual no significa exclusión, sino realismo y respeto para las minorías. Con justicia y equidad. Sin remordimientos extemporáneos y bastante hipócritas ni alimentando resentimientos desfasados y oportunistas, que a nada conducen.
En su informe de labores (¡!) y en numerosas entrevistas, la ministra ha informado de realizaciones visibles solo para sus ojos. Lo que sí ocurrió en 2010 fue que se postergaron obligaciones contraídas y legítimas y se congelaron auspicios concedidos a gestores culturales que realizaron -y realizan- lo que se auspició, con el pretexto irrespetuoso de "investigar" la legalidad de tales auspicios. Si había alguna presunción de ilegalidad, ha debido denunciarse y hacerse pública con valentía y honestidad y no perjudicar a quienes hacen -hacemos- gestión cultural sin aspavientos y con sacrificio personal.
En el informe ministerial no se dijo una sola palabra sobre el absurdo de que el Ministerio de Cultura habría devuelto, a comienzos de este año, al Ministerio de Finanzas una suma correspondiente a la asignación de 2010 por no haberse ejecutado. Es decir, por no haberse utilizado esos recursos en lo pertinente: apoyar la gestión y el trabajo cultural. Eso no fue ahorro para el Estado ni buena administración de los recursos. Eso fue ineptitud ministerial, ineficiencia administrativa, mediocridad conceptual.
El Ministerio de Cultura no es el de folclor ni el de bienestar de los pueblos ni el de inclusión social, sobre todo si esa inclusión es excluyente. La Cultura de nuestro presente y de nuestro futuro no es el del Tahuantinsuyo, por ancestral y respetable que haya sido. Es la Cultura Occidental que piensa, habla, razona, vive y lee en español. Y en inglés. Y que también es ancestral, con miles de años de diferencia. La vida no empezó en los Andes, sino en el África, y nos llegó millones de años más tarde, con escala en el Asia y en la vieja Europa. El camino hacia el mañana no es, entonces, un chaquiñán hacia el Cuzco a lomo de llama, sino la ruta del Universo a bordo de la tecnología, la ciencia y el pensamiento modernos. Dejémonos ya de demagogia indigenista.
Coletilla: Es señal de buen criterio gobernar con los mejores, con los más eficientes y experimentados. No siempre es bueno gobernar con los amigos, por queridos y simpáticos que sean. Ni con las esposas de los amigos.
Hora GMT: 14/Agosto/2011 - 05:06
15/Agosto/2011 a las 09:32
"Aunque mucho hemos peleado y mucho me ha insultado el Sr. Ospina, siempre he dicho que él articulista tiene mucho de bueno que aportar, como en el caso del presente artículo. Sobre la bronca con el Ministerio no se nada pero es bueno que haya crítica al desperdicio, a la ineficiencia y al sectarismo. Pero sin duda la mejor parte: es >.
Totalmente de acuerdo y debemos estar unidos para defendernos de trasnochadas y postizas imposiciones como la de la camisa con el adorno de un Pantone que NO nos representa."
Añado hoy, que el Sr. Ospina demuestra mucho valor al hablar de NUESTRA cultura occidental, como lo dicta el simple sentido común, en tiempos de espejismos impuestos por el poder político y de su manejo clientelar.
15/Agosto/2011 a las 10:23
El día de ayer yo envié el siguiente comentario que no fue publicado.
"Aunque mucho hemos peleado y mucho me ha insultado el Sr. Ospina, siempre he dicho que él articulista tiene mucho de bueno que aportar, como en el caso del presente artículo. Sobre la bronca con el Ministerio no se nada pero es bueno que haya crítica al desperdicio, a la ineficiencia y al sectarismo. Pero sin duda la mejor parte es ****Es la Cultura Occidental que piensa, habla, razona, vive y lee en español. Y en inglés. Y que también es ancestral, con miles de años de diferencia. La vida no empezó en los Andes, sino en el África, y nos llegó millones de años más tarde, con escala en el Asia y en la vieja Europa. El camino hacia el mañana no es, entonces, un chaquiñán hacia el Cuzco a lomo de llama, sino la ruta del Universo a bordo de la tecnología, la ciencia y el pensamiento modernos.****
Totalmente de acuerdo y debemos estar unidos para defendernos de trasnochadas y postizas imposiciones como la de la camisa con el adorno de un Pantone que NO nos representa."
Añado hoy, que el Sr. Ospina demuestra mucho valor al hablar de NUESTRA cultura occidental, como lo dicta el simple sentido común, en tiempos de espejismos impuestos por el poder político y por su manejo clientelar.
15/Agosto/2011 a las 11:56